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sábado, 11 de junio de 2011

Siempre te recordaré

Hola de nuevo, esta entrada prometo que será más alegre que la anterior que fue un tanto agresiva. Así que, empiezo...

Era 7 abril de 2003 cuando ocurrió. Un ser que resultaría muy importante en mi vida apareció de la nada, sin avisar. Además aparecía de una manera única. Hablo de la que siempre recordaré por todo lo que me dio, mi perra a la que llamé "Manchi". 


Un día cualquiera, de un año cualquiera, en un momento cualquiera, yo iba como cualquiera a casa de una vecina a visitarla junto a mis padres. Llegamos a la puerta de la vecina y llamamos. La vecina nos abrió gustosamente la puerta y entramos. Ella poseía gatos, siempre le gustó a su familia los gatos sobretodo a su pequeña hija. Después de dos minutos de nuestra llegada a la casa oí decir a mi madre "¿ahora también habéis comprado un perro?" Todos nos giramos. Ella, confusa, dijo que no, que ella tenía únicamente los gatos de siempre y fue a ver de lo que hablaba mi madre. Y ahí se encontraba, sentada con cara triste. 


Mientras mis padres y la familia de la vecina decidían qué hacer con el perro, yo en mi mundo de ingenio intentaba recrear el cómo había conseguido entrar en la casa cuando se abrió la puerta sin que nadie nos diésemos cuenta. Tanteaba diversas posibilidades pero llegué a la real después de barajar otras tantas que no me convencían. Sólo sabía que yo al entrar había notado una pequeña sensación rara en la silla. Así que pensé, y con mucha seguridad me dije a mi mismo "sí, así fue". Yo entré el último en la casa por detrás de los que me acompañaban, la perra se encontraría por las escaleras por lo que al subir en ascensor no la vimos. Cuando yo entrara en la casa, ella muy ágil se introduciría por debajo de mi silla para que nadie se percatara de que allí estaba mientras cerraban la puerta. Es entonces cuando la extraña sensación que se había producido en la silla cobra sentido. Finalmente, saldría de debajo de la silla cuando paré mi silla y es ahí, en ese preciso momento, cuando se producirían las palabras de mi madre hacia mi vecina. 


Después de discutir mis padres con la vecina el qué hacer con el animal, quedaron en darla un paseo preguntando a la gente si la reconocían. Pero eso se produciría cuando volviésemos mi familia y yo de ir al hospital para mi rehabilitación. Así que, ese día tenía ganas de terminar pronto la rehabilitación para ver qué ocurría con el perro. Cuando volvimos, mi padre y el vecino fueron en busca del dueño sin éxito. En ese momento, la curiosidad de qué pasaría con la perra sin haber encontrado el dueño me mataba. De repente, oí unas palabras que me encantaron "bueno esta noche la cuidaremos porque vosotros con los gatos no podéis tenerlo". Desde ese momento supe que si el perro entraba en casa ya no saldría. Y así fue... después de unos días de búsqueda del dueño, optamos por llevarla al veterinario para ver si tenía chip de identificación. Pero todo estaba a favor de lo que yo más deseaba, el perro no tenía chip y por lo tanto no se sabía quien era el dueño así que el propio veterinario propuso que nos la quedáramos si queríamos. Al principio, mis padres no querían pero finalmente con la condición de que los gastos del animal y los cuidados fueran responsabilidad nuestra, accedieron. Así que, la pusimos el chip a nuestro nombre y se cumplía mi deseo, quedárnosla. Y es entonces cuando se me ocurrió a mí ponerla el nombre de Manchi.

Pasaban los días, las semanas, los meses... y vivíamos muchas cosas con Manchi. Cada día la cogía más cariño, siempre recordaré cuando yo venía del instituto y desde el ascensor ya me olía y empezaba a ladrar y yo oía sus ladridos. Cuando se abría la puerta cogía impulso y saltaba para ponerse encima mía. Es increíble como un animal puede dar tantísimo cariño. También recuerdo muy bien cuando jugaba con ella poniendo la mano dentro de su boca haciéndola de rabiar. Ella, muy inteligente, sabía que estaba jugando y nunca apretaba demasiado al morder. Se volvía loca de alegría y se ponía a correr por toda la casa. Recuerdo como me reía al verla derrapar en la esquina del pasillo. 


Mucho, mucho cariño es lo que la dimos el día de su cumpleaños el 7 de abril del 2004. Recuerdo que la pusimos una vela encendida para ver qué hacía e inesperadamente nos sorprendió. La apagó con un estornudo. Lo que me pude reír, era única. 



Año 2005, y comienzan los problemas con la separación de mis padres. Como dije en una de mis entradas de la saga de "Una vida sobre ruedas" mi madre y yo tuvimos que irnos a casa de mi tía y con nosotros, Manchi. Después de un tiempo en casa de mi tía tuvimos que informarnos de un lugar donde poder dejarla porque no lo podíamos afrontar económicamente. Por supuesto, buscamos un lugar especial donde nos dieran la seguridad de que la cuidarían bien y no la sacrificarían. Así que la metimos en un centro para perros donde cada perro tenía un espacio mayor al de una casa. Tuvimos que pagar por dejarla allí pero lo hicimos sabiendo que aunque no la adoptaran, allí nunca iba a ser sacrificada. Fue muy duro, me entristeció mucho y agravó mi estado anímico acumulándose a lo mal que lo estaba pasando ya con la separación de mis padres.
Pulsa aqui para ver la imagen a formato completo

Cuando acabó todo el proceso de la separación de mis padres y volvimos a casa, lo primero que hice es llamar al centro para ver si seguía allí para volver a cogerla. Habían pasado solamente seis meses pero ya la habían adoptado. La pena recorrió por mis venas de saber que esta vez no se cumpliría lo que deseaba.   

Para terminar, quiero que sepáis que me apena no poder poner ninguna foto de ella. Las que poseía se perdieron por un problema informático.

2 comentarios:

  1. ¡¡¡oishhh, pero que bonito!! pobriño, debes estar supertriste por lo de Manchi:( ¡es una pena que se hallan perdido las fotos! nos encantaría poder ver como es!
    Nos encanta tu blog, te seguimos! Un besoo :)

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  2. ¡Hola! Muchas gracias por pasarte por nuestro blog. Hemos visto tu comentario, y es verdad que no te seguiamos, no se si seria por el probelam de los gadgets o porque se nos olvidó o algo, pero ya etsá, ya te seguimos ;)

    ResponderEliminar

Sentimentaloides, vuestra opinión me es muy importante. Gracias por cada comentario pero, por favor, hacedlo con respeto hacia mí y hacia los demás lectores.

Abel Jara Romero

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